Los Tacuara

Ser extranjero es estar expuesto a los silencios, a los malentendidos, a la duda. Es una condición interesante, en la que me siento bien, a gusto.

El Movimiento Nacionalista Tacuara es un ejemplo máximo de lo que el peronismo llegó a ser y de las fuerzas y tensiones que anidan en su interior aún a día de hoy. Básicamente los Tacuara fueron un grupo de ultraderecha que actuó entre 1955 y 1965. Utilizaban el terrorismo como arma política. Eran férreamente católicos y se inspiraban en la prédica del sacerdote Julio Meinvielle y del sociólogo francés Jaime María de Mahieu. Tacuara defendía un ideario de corte fuertemente nacionalista, católico, fascista, anticomunista, antisemita y antidemocrático.

La palabra "tacuara" significa las cañas usadas por los indios. Durante el siglo XIX fue utilizada por los caudillos federales del interior en las guerras contra los unitarios.

La organización fue creada oficialmente a finales de 1957. Sus integrantes eran hijos de buena familia de Buenos Aires que desde el instituto se habían relacionado entre sí por medio de sindicatos de inspiración castrense. Casi todos ellos estudiaron en colegios religiosos o en liceos del ejército. Usaban la moda del pelo corto, tenían comportamiento paramilitares, se trataban de "camarada" y vestían brazaletes con la cruz de malta. En fin, mucho del comportamiento y de la estética que hoy en día llamaríamos "neonazi". Llegaron a tener implantación en toda Argentina, y aunaron a su alrededor a casi todos los grupos ultranacionalistas que el régimen de la Libertadora no era capaz de blanquear.

Su obsesión básica eran reinstaurar un estado marcadamente católico, a la manera del estado español franquista de la época, que ellos veían inspirado por los ideales de José Antonio Primo de Rivera. El hecho de que Perón eligiera exiliarse en España era para ellos una prueba más de su natural supremacía sobre el conjunto del movimiento peronista, al que consideraban necesario disciplinar y guiar. En cierto modo, aunque en el otro extremo del espectro ideológico, su concepción era similar a la de la "vanguardia revolucionaria" de los posteriores grupos montoneros. Se oponían al régimen de la Libertadora, sobre todo a partir de Frondizi, al considerarlo una "democracia liberal" que excluía al peronismo, auténtica fuerza del pueblo argentino. Creían absolutamente en la existencia de una conspiración judía internacional para dominar el mundo. Se sentían consternados por la derrota del eje en 1945 y tuvieron contacto con jerarcas nazis exiliados en Argentina tras la guerra y cuya presencia en el país fue permitida y promovida por Perón. Se declaraban -en política internacional- antiimperialistas, anticapitalistas, corporativistas y militaristas. Exaltaban los valores culturales tradicionales que supuestamente Hispanoamérica había heredado de España. Despreciaban lo francés, que exaltaban los conservadores y liberales argentinos. Sostenían un revisionismo histórico que reivindicaba a Juan Manuel de Rosas (desprestigiado por la educación historiográfica tradicional) y defendían el terrorismo de estado que se practicó durante el período rosista, al mismo tiempo que repudiaba a próceres tales como Sarmiento y Belgrano por considerarlos "masones y liberales".

En 1959 se produjeron profanaciones en el cementerio judío La Tablada, acompañas por inscripciones y esvásticas sobre las lápidas. El secuestro en Argentina por parte de los servicios de inteligencia israelíes (MOSSAD) del ex jerarca alemán y criminal de guerra nazi Adolf Eichmann, aumentó la ola antisemita de Tacuara. Ellos negaban ser antisemitas por razones raciales, pero sí admitían ser enemigos del Judaísmo en la Argentina, al que acusaban de sirvientes del "imperialismo israelí". Esta situación llevo a la DAIA (órgano político de la comunidad judía argentina) a presionar al gobierno para que actúe. El 17 de agosto de 1960, tacuaras del Colegio Nacional Sarmiento atacaron a sus compañeros judíos e hirieron de un tiro a Edgardo Trilnik, de 15 años, durante el acto de homenaje a San Martín. Le siguieron interminables meses de bombas –de las explosivas y las de alquitrán– contra sinagogas, colegios e instituciones judías, cientos de pintadas, volanteadas y amenazas.

Cuando estalló la revolución cubana en 1959 los tacuara se sintieron fuertemente atraídos por el fenómeno. Cuando en 1961, tras el viaje de Castro a la URSS y el enfrentamiento con los Estados Unidos, Cuba se conviritió al comunismo, los tacuaras se declararon enemigos de la Revolución Cubana. Para ellos había dejado de ser una revolución nacional latinoamericana para convertirse en un episodio más de la Guerra Fría. Su anticomunismo era tan fuerte como su antiimperialismo.

En las elecciones de 1962 el movimiento Tacuara se dividió, porque un grupo se presentó a las elecciones a través de un antiguo partido nacionalista , la Unión Cívica Nacionalista (UCN), mientras que otro grupo decidió seguir siendo fiel al peronismo conscripto por la ley 4161 que prohibía el ejercicio de cualquier derecho político bajo la cobertura o el puro nombramiento de Perón.

En ese mismo 1962 se inicia la parte más surrealista de los Tacuara. La Liga Árabe se instaló en Argentina como parte de su campaña internacional contra Israel y el sionismo. Buscó aliados y los encontró en ellos, y en los grupos nazis diseminados que seguían subsistiendo. Así se creó una entente entre argentinos ultranacionalistas, nazis y árabes, con dinero que no se sabía de dónde venía cruzando de unos a otros. En 1964, en un acto organizado por la Liga Árabe en un teatro porteño, militantes de Tacuara gritaban "Mueran los judíos" y "Nasser y Perón, un solo corazón". Durante esos años el movimiento continuó su escisión y muchos de sus miembros terminaron militando en la ultraizquierda de los setenta, mientras que otros muchos se habían radicalizado a posiciones de ultraderecha racista.

Ya en marzo de 1960, el sacerdote Meinvielle había acusado a parte de la militancia de "desviaciones marxistas", por lo que creó una organización paralela aún más reaccionaria bautizada como la Guardia Restauradora Nacionalista (GRN), que exigía a sus miembros ascendencia europea y más de cinco generaciones de residencia en Argentina. Su inspiración seguía siendo José Antonio Primo de Ribera y los principios fundacionales de Falange Española.

Poco más tarde, otro grupo liderado por Dardo Cabo se separó de Tacuara para formar el Movimiento Nueva Argentina (MNA), que luchaba por el regreso de Perón a la Argentina. Fue una de las primeras organizaciones peronistas de derecha en la Argentina. El lanzamiento oficial del nuevo grupo ocurrió el 9 de junio de 1961, en conmemoración del levantamiento del general Juan José Valle cinco años antes.

Finalmente, en 1963, se produjo la ruptura de mayor importancia. Un sector liderado por Joe Baxter y José Luis Nell, crearon el Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara (MNRT), quien, sin abandonar su nacionalismo, rompió con la Iglesia, la derecha y el antisemitismo, para migrar hacia posiciones cada vez más cercanas al marxismo y el peronismo de izquierda, de donde provendrían muchos de los cuadros de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y el Peronismo de Base (PB) y, en menor medida, de Montoneros y el ERP.

Tacuara tenía algunos contactos con la policía y algunos ex funcionarios nazis refugiados en la Argentina. Por tal motivo, tenía un acceso fácil a las armas, que en esa época era envidiado por otras organizaciones. Existió también el cobro del "impuesto revolucionario" a muchos comerciantes judíos del barrio porteño de Once cuando eran asaltados, aunque luego estos se organizaron para enfrentar a Tacuara.

Por otro lado, surgieron gradualmente ciertos grupos que actuaban en nombre de Tacuara en Buenos Aires y especialmente en el interior del país, pero que en realidad no estaban bajo el control de la central de Tucumán 415 ni sus miembros habían prestado el juramento correspondiente para formar parte del movimiento. En este sentido Ezcurra realizó varias giras por el interior con la difícil misión de disciplinar bajo el comando nacional a los grupos que se llamaban a sí mismos Tacuara. De hecho, en la propia Buenos Aires el crecimiento y la fama de la agrupación era tal que a veces no era posible controlar a todos los individuos que copiaban la vestimenta, el saludo y las consignas de la organización. Muchos pretendían actuar bajo su nombre sin autorización para intimidar o simplemente como una muestra de rebeldía contra la sociedad.

En 1963, en el gobierno, mediante el decreto 3134/63, se prohibió en el territorio nacional toda actividad tanto de Tacuara como de GRN. Si embargo, la influencia de los servicios de seguridad hicieron poco práctico este decreto. De hecho, Tacuara contaba en muchas ocasiones con la plena colaboración de los oficiales superiores de las Fuerzas Armadas, quienes veían en esta nueva agrupación fascista combativa una especie de instrumento que sirviera de "muro de contención" frente al avance del "peligro comunista" y los movimientos juveniles de izquierda, lo que provocó que muchas veces recibieran armas y municiones del ejército. Por su parte, la complicidad de algunos cuadros nacionalistas de la policía era evidente cuando dejaban actuar libremente a la organización.

Uno de los casos más graves de antisemitismo fue el secuestro de Graciela Sirota, el 21 de junio de 1962. La joven de 19 años fue golpeada, subida a un auto cuando esperaba el colectivo para ir a la facultad y torturada groseramente con quemaduras de cigarrillos por todo el cuerpo. Para terminar, le grabaron con una navaja una esvástica en el pecho. Este caso provocó gran indignación en la sociedad y muchas criticas por la impunidad con la que contaban Tacuara y GRN. La reacción de la DAIA (la asociación judía) fue contundente. Paralizó el 28 de junio todo el comercio judío en el país, con adhesión de estudiantes y varios sectores políticos, gremiales e intelectuales.

Después del caso Sirota, la fama de Tacuara creció enormemente. En Nueva York, el Congreso Judío Mundial denunció ante las Naciones Unidas que el líder nazi de Estados Unidos, George Lincoln Rockwell, buscaba conectarse con Tacuara. Al mismo tiempo, el representante de Arabia Saudita ante el organismo internacional saludaba "la cruzada de Tacuara contra el sionismo" y expresaba su deseo de que el movimiento se extendiera por toda Latinoamérica.

Por otra parte, una fracción del grupo que había girado al peronismo y formado el Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara (MNRT) cobró fama nacional el 29 de agosto de 1963 tras el asalto sangriento al Policlínico Bancario (llamado internamente Operación Rosaura), cuando un grupo comando mató a dos empleados, hirió a otros tres y se llevó 14 millones de pesos, el equivalente a 100.000 dólares, una fortuna para la época.
Con el tiempo se recuperó parte de este dinero y se detuvo a algunos de los autores del atraco. Como la numeración de los billetes estaba marcada, fue posible seguir el rastro del dinero, hasta que finalmente la policía descubrió a los verdaderos ejecutores y prácticamente desmanteló la organización. La mayoría de los apresados y condenados por el hecho quedaron en libertad en mayo de 1973, cuando el peronismo volvió al poder y el presidente Héctor Cámpora decretó una amplia amnistía para los presos políticos.

Esta fue la primera acción política armada llevada a cabo por un grupo exclusivamente civil en la historia argentina. En una entrevista que hizo la revista Compañero en septiembre de 1964 a los protagonistas del asalto al Policlínico Bancario presos en las cárceles de Villa Devoto y Caseros, los miembros del MNRT definieron al sector que se quedó con Ezcurra en el Tacuara original como “un grupo de choque del régimen, caracterizado por una histeria antimarxista”, que en la práctica se transformó “en una colateral de los organismos de represión”. Los prisioneros, que se autodenominaban "peronistas revolucionarios", tomaron distancia del nacionalismo de derecha:

“Es absurdo trasplantar la solución fascista (inclusive dentro del sistema capitalista, en el cual están encuadrados los nacionalismos de derecha) a los países latinoamericanos, países dependientes y no industrializados, países neocoloniales. Los nacionalistas de derecha son conservadores y no revolucionarios. Tratan de cambiar las instituciones políticas con el objeto de restaurar o preservar el sistema económico y mantener el atraso cultural de las grandes masas, para que la cultura sea expresión exclusiva de las reducidas élites privilegiadas”.

En 1964, como venganza por la muerte de dos militantes del MNRT y uno de la Juventud Peronista en un confuso incidente sindical en el Plenario de la CGT en Rosario, fue asesinado en la puerta de su casa Raul Alterman, un joven militante judío de izquierda. Nunca quedó muy claro por qué fue elegido Alterman como blanco del ataque, aunque se supone que su elección, fue solo por su condición de judío y socialista.

Luego del asesinato, la organización envió una carta a los padres de Alterman, diciendo: "Nadie mata porque sí nomás; a su hijo lo han matado porque era un perro judío comunista. Si no están conformes que se retiren todos los perros y explotadores judíos a su Judea natal ¿Qué hacen en nuestro país?". El crimen fue un escándalo nacional e inclusive Joe Baxter, antiguo militante del MNRT, salió en el programa de Bernardo Neustadt para repudiar la ideología nazi de Ezcurra y sus ex compañeros de militancia

En octubre de 1962 la revista Mundo Israelita realizó un reportaje conjunto a los dos principales líderes del movimiento Tacuara, Ezcurra y Baxter. El periodista que protagonizó la entrevista, Arie Zafran, fue acompañado por su colega Rogelio García Lupo, quien había trabado una relación con Baxter a partir de que éste, en su trabajo como telefonista internacional del turno nocturno de la compañía estatal de comunicaciones, lo conectara con los medios de prensa del exterior.

La nota, escrita con un clima intimista, describió todas las sensaciones que Zafran tuvo en la casa de Tacuara:

"Llegamos con García Lupo a la casa colonial de la calle Tucumán, donde tiene su sede Tacuara. En la semipenumbra subimos las escaleras que conducen a los altos. Allí nos encontramos, en un corredor, frente a varias puertas herméticamente cerradas. Golpeamos a una de ellas y alguien nos observó por una pequeña mirilla practicada en la puerta. Reconocido mi acompañante, se nos franqueó el acceso a una habitación en la que un calentador de alcohol hacía irrespirable el ambiente. La estancia lucía una mas que franciscana pobreza de medios. Sobre una de las paredes se ubicaba un histórico retrato del abrazo de José de San Martín con Bernardo O'Higgins flanqueado por un retrato de Juan Manuel de Rosas y la efigie de José Antonio Primo de Rivera con un escudo de Falange en el ángulo superior derecho. Un joven rubio, que hablaba castellano con un marcado acento alemán, nos invitó a sentarnos. García Lupo lo hizo sobre un sillón cubierto por un poncho rojo, cuyas gradas estaban compuestas íntegramente por esvásticas negras. Yo, a mi vez, sobre un destartalado mueble, cubierto por arpilleras, procedí a acomodarme..."

"Estimé que las edades de los jóvenes que vagaban por el departamento aquel día oscilaban entre los 13 y los 22 años. Uno de ellos era Rodolfo Galimberti. Me asombré de que no se tutearan entre ellos. Ya había pasado una hora desde nuestro arribo. García Lupo, hechas las presentaciones, se había retirado. A la habitación entraban y salían camaradas. Hacían el saludo nazi a su jefe y se retiraban. Pero ahí ya no se podía hablar con tranquilidad. De manera que se decidió continuar el reportaje en un café cercano al comando de Tacuara. Mientras bajábamos las escaleras nuevos imberbes camaradas saludaban a su jefe, quien respondía displicentemente. Los generales no dan demasiada importancia a la venia... Sentados a una mesa comenzó la segunda parte de la entrevista. Baxter y Ezcurra apuraron sus dobles ginebras y respondieron a todas las preguntas del extenso cuestionario..."

"Los dos repitieron durante la entrevista algunos de los latiguillos habituales de Tacuara. Que no eran antisemitas sino antisionistas, porque el sionismo, decían, es una forma de imperialismo. También amenazaron con que el movimiento todavía no había comenzado a agredir y que el día que lo hiciera los resultados serían terribles. A su vez, atacaron verbalmente a la Guardia Restauradora Nacionalista ya que, según ellos, predicaba una especie de nacionalismo conservador, mientras que Tacuara por el contrario representaba el nacionalismo revolucionario. 'Para ellos -explicaron, con respecto a sus ex camaradas escindidos- Nasser es marxista, pero para nosotros es un soldado de la liberación nacional, egipcia y árabe'. El panarabismo decían que era un ejemplo para el movimiento, ya que quería de la misma forma que ellos la unidad latinoamericana. Finalizaron expresando que estaban completamente de acuerdo con la tercera posición tal como Nasser la entiende."

La entrevista tuvo tal repercusión que fue reproducida íntegramente por el periódico norteamericano The New York Times. Pero el tono amable del periodista Zafran y el solo hecho de que Mundo Israelita prestara sus páginas centrales para que se expresaran los líderes de Tacuara causó indignación en algunos sectores de la comunidad judía argentina. La revista Nueva Sión contestó en una nota de tapa que cualquier afán conciliador respecto a Tacuara generaría que los judíos bajasen la guardia, lo que conllevaría un grave peligro, a la vez que expreso en uno de sus artículos haciendo referencia al Holocausto: "Recuerden que todos aquellos judíos prisioneros del nazismo que, incluso de buena fe, creyeron en la posibilidad de negociar y entenderse con el, en última instancia llevaron como rebaño al matadero a cientos de miles de hermanos y fueron a su vez víctimas de sus ciegas ilusiones"; y se advirtió que Tacuara "emplea las tácticas de la agresión por ahora, porque no tiene suficiente fuerza para recurrir al exterminio".
Luego del asalto al Policlínico Bancario y el asesinato de Raúl Alterman, muchos militantes de las fracciones de Tacuara fueron detenidos o entraron en la clandestinidad. Joe Baxter, uno de sus fundadores, después de conocer a Perón, luchar en Vietnam y conocer China, giró hacia la izquierda revolucionaria y terminó siendo uno de los fundadores del ERP, junto con Mario Roberto Santucho. Poco tiempo después murió en un accidente aéreo en Francia.

Posteriormente José Luis Nell se sumó a las FAR-Montoneros. Nell quedaría cuadripléjico luego de que dos balazos le perforaran la espalda en la Masacre de Ezeiza el día del regreso de Perón y dos años después se suicidaría de un disparo en la boca.

A fines de 1964, Alberto Ezcurra Uriburu se hizo sacerdote y dejó a cargo de la organización a Patricio Collins. Luego Ezcurra derivó en mano de obra para los servicios de represión estatales y, desaparecida Tacuara como núcleo orgánico, también para la Triple A y el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército. La mayoría de los integrantes del núcleo original de Tacuara, luego de abandonar la organización, se convertirían rápidamente en agentes de las agrupaciones parapoliciales de derecha que ejercerían la represión estatal durante la década de 1970 o serían colaboradores directos del servicio de inteligencia durante el período de la dictadura .

Dardo Cabo más tarde se juntaría con el sindicalismo vandorista y se haría famoso por el Operativo Cóndor, donde el 28 de septiembre de 1966, junto a otros diecisiete militantes, secuestró un avión de Aerolíneas Argentinas para llevarlo a las Islas Malvinas y plantar cuatro banderas argentinas. Después Cabo sería asesinado por efectivos del ejército, mientras estaba detenido, el viernes 6 de enero de 1977.

En el artículo “Los jóvenes fascistas descubren su país”, publicado en la revista Marcha en 1967, Eduardo Galeano apuntó:

"Del mismo tronco original provienen los tacuaras que terminaron en el peronismo de izquierda y los que se sumaron al peronismo de derecha, los que abrazaron el marxismo-leninismo y los que ofician de guardaespaldas de ciertos burócratas sindicales; los que pintan en los muros, todavía, cruces esvásticas y consejos: 'Degüelle un comunista por día'. De la misma fuente salieron las viudas de Hitler y los devotos de Perón, Mao y Fidel. (...) Definiéndose por lo que rechazaba, pero sin una idea clara de lo que buscaba, de ideología prestada, imprecisa y contradictoria, Tacuara continuó desprendiendo, hasta el fin, subgrupos que se fueron separando como consecuencia de la lucha interna de tendencias [...]. Casi todos los grupos terroristas de derecha que han sobrevivido, provienen de aquella matriz, y dentro del peronismo hay núcleos de todos los matices, desde los marxistas hasta los rosistas, que salieron de Tacuara: todas las posiciones y todas las actitudes reflejan hoy, desde la desintegración, lo que fue aquella heterogénea congregación de jóvenes furiosos unidos por sus mitos y su estilo".

El periodista Roberto Bardini, que en su adolescencia fue simpatizante del MNRT, escribió: "Salvo en sus inicios, Tacuara nunca fue una organización ideológicamente homogénea. A pesar de sus férreos códigos, en su interior convivieron –mientras fue posible– varias corrientes nacionalistas. Hubo tendencias semiaristocráticas con nostalgias de los años treinta y tendencias 'plebeyas'; católicas antiperonistas y católicas peronistas; 'fascistoides' y 'socializantes'; golpistas pro militares e insurreccionales populistas. Tampoco faltaron los simpatizantes del anarcosindicalismo".

Artículo original:

http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Movimiento_Nacionalista_Tacuara&printable=yes

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