MEMORIAS DE LA RESISTENCIA HONDUREÑA
Entrevista realizada por Luis Faraoni y publicada el 21 de mayo de 2010 en el diario "Tiempo Argentino"
Un documental relata el golpe y la represión
Katia Lara filmaba avisos para el gobierno de Zelaya. Hasta que el golpe le cambió la vida. Exiliada en Buenos Aires, cuenta su historia.
El 28 de junio de 2009, Honduras amaneció con un golpe de estado contra el presidente Manuel Zelaya. Ese mismo día, se iba a realizar una consulta popular para decidir el llamado a una asamblea, que finalmente reformara la constitución del país. La encuesta se llamó popularmente "cuarta urna", porque la ciudadanía decidiría si en las elecciones presidenciales de noviembre de ese año se agregaría otra urna, para un referéndum, a las tres tradicionales del sistema electoral hondureño, para presidente, representantes y alcaldes.
Pero el tibio intento de reformar artículos "inmodificables" de la Carta Magna fue desbaratado por las fuerzas golpistas que colocaron a Roberto Micheletti como presidente de facto y desataron una feroz represión que continúa con el gobierno de Porfirio Lobo, elegido en noviembre en comicios reconocidos por pocos países y que mantienen a Honduras fuera de la Organización de Estados Americanos. Hasta la fecha, las organizaciones de Derechos Humanos coinciden en denunciar 52 asesinatos comprobados y 310 casos de desaparición, en una población de poco más de 7 millones de personas.
La documentalista Katia Lara venía filmando spots comerciales sobre los logros del gobierno de Zelaya, pese a no pertenecer al Partido Liberal del ex presidente, y sobre el referéndum de la "cuarta urna". En la mañana del 28 iba a filmar con su equipo un corto que culminaba con la reconciliación de los personajes de la serie, tras fuertes debates que tenían en los avisos anteriores. Pero la situación política cambió sus planes. Tras los primeros reportes fílmicos que fueron subidos a Youtube, se decidió a realizar un documental que terminó de editar en el exilio que vive en la Argentina: "Quién dijo miedo. Honduras de un golpe".
- ¿Qué pasó esa mañana del 28 de junio cuando el golpe ya era un hecho?
- Nosotros no volvimos más a la productora, donde estábamos viviendo, y la propuesta fue "salgamos todos los días a la calle". Nos distribuíamos para estar en todas las movilizaciones y así estuvimos un mes intercambiando material entre el gremio de cine hondureño, que es muy chico. Se comenzó a formar una red muy incipiente de 25 personas con claves para las comunicaciones telefónicas y programaas para ocultar las direcciones IP de las computadoras que usábamos para transmitir, cambiando el lugar de trabajo. Los objetivos eran filmar todo lo que se pudiera, y pasar los retenes militares que había a la salida de Tegucigalpa con cámaras, que era lo más complicado. Tardamos un mes en ir con una cámara a la región de Occidente, de donde sabíamos por radio que había mucha actividad de la resistencia: había marchas, se tomaban las carreteras, había mucha represión y gente desaparecida. Era muy difícil salir, incluso para las organizaciones de Derechos Humanos.
- ¿Cómo fue ese primer mes?
- Lo vivimos como en la frontera entre estar clandestinos y cubrir las marchas con credenciales falsas de prensa. Cada semana perdíamos cámaras cuando filmábamos la represión. Estábamos todos marcados y vivíamos amenazados.
- ¿Cómo está planteada la resistencia?
- Desde el golpe hasta septiembre, toda la organización estaba muy concentrada en la capital, pero se había armado una red por celular y correo electrónico que coordinaba las actividades. La primera asamblea del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado se hizo recién en septiembre. Fue abierta pero mucha gente que quiso venir fue reprimida y detenida, lo que fue filmado y denunciado. A partir de ahí se hizo un trabajo más orgánico a nivel nacional y se decidió permanecer visibles, con presencia permanente en las calles, todo el día y en todo el país. Eso se logró hasta que llegó Zelaya y se asiló en la embajada de Brasil (NdR: 21 de septiembre). En la cuarta asamblea se cambió toda la estrategia de la resistencia y se tomó la decisión de boicotear las elecciones y de seguir exigiendo la restitución de Zelaya, pero se redujo el trabajo en las cales porque la represión era muy fuerte. En ese momento, se debatió la posibilidad de pasar a otras acciones, desde las más ingénuas, como ponerle una planta "pica pica" a todo un batallón, hasta tomar las armas. Fue una decisión de mucho debate, seguir resistiendo en forma pacífica y ponernos a merced de la represión. Se decidió cambiar la estrategia y no hacer grandes marchas convocadas en un punto, sino hacer pequeñas en los barrios.
- ¿Cómo está Honduras hoy?
- Si se midiera la violencia en términos de asesinatos, está igual que durante la dictadura de Micheletti, con la diferencia de que antes las muertes eran en las marchas y ahora son en las casas de los compañeros y en forma de desapariciones.
- ¿Cómo ve el futuro de Honduras?
- Es irreversible el proceso que se abrió. Eso es muy positivo, nunca había vivido este cambio y el nivel de participación y de compromiso que se vive en el país. Hay mucha incertidumbre porque es muy desigual, nosotros no tenemos experiencia organizativa, ni los medios a nuestro favor y la crisis económica afecta muchísimo.
ESTRENO MUNDIAL EN BUENOS AIRES
"Quién dijo miedo. Honduras de un golpe" comienza con los personajes de los avisos que Katia Lara filmó para el gobierno de Honduras. Son mostrados al espectador como actores de una ficción, pero en un giro inteligente se transforman en ciudadanos comunes que se pliegan a la resistencia. De hecho, René, el principal protagonista, se convierte en un personaje conocido de la rebelión, sufrió un atentado y hoy está exiliado en Madrid.
Las cámaras de Lara recorrieron todo el país filmando las marchas de la resistencia y la feroz represión que las acompañaba, con imágenes que no fueron difundidas en ninguna cadena de noticias. Represión en un hospital, en las universidades, detención de menores de edad, muertos y heridos. Es interesante el equilibrio entre esas imágenes tan fuertes, el retrato de la resistencia y la revisión de historiadores sobre el pasado reciente de Honduras y quiénes son los personajes del golpe.
Se estrena mundialmente el 7 de junio a las 19:30 en el cine Gaumont de Buenos Aires.
Un documental relata el golpe y la represión
Katia Lara filmaba avisos para el gobierno de Zelaya. Hasta que el golpe le cambió la vida. Exiliada en Buenos Aires, cuenta su historia.
El 28 de junio de 2009, Honduras amaneció con un golpe de estado contra el presidente Manuel Zelaya. Ese mismo día, se iba a realizar una consulta popular para decidir el llamado a una asamblea, que finalmente reformara la constitución del país. La encuesta se llamó popularmente "cuarta urna", porque la ciudadanía decidiría si en las elecciones presidenciales de noviembre de ese año se agregaría otra urna, para un referéndum, a las tres tradicionales del sistema electoral hondureño, para presidente, representantes y alcaldes.
Pero el tibio intento de reformar artículos "inmodificables" de la Carta Magna fue desbaratado por las fuerzas golpistas que colocaron a Roberto Micheletti como presidente de facto y desataron una feroz represión que continúa con el gobierno de Porfirio Lobo, elegido en noviembre en comicios reconocidos por pocos países y que mantienen a Honduras fuera de la Organización de Estados Americanos. Hasta la fecha, las organizaciones de Derechos Humanos coinciden en denunciar 52 asesinatos comprobados y 310 casos de desaparición, en una población de poco más de 7 millones de personas.
La documentalista Katia Lara venía filmando spots comerciales sobre los logros del gobierno de Zelaya, pese a no pertenecer al Partido Liberal del ex presidente, y sobre el referéndum de la "cuarta urna". En la mañana del 28 iba a filmar con su equipo un corto que culminaba con la reconciliación de los personajes de la serie, tras fuertes debates que tenían en los avisos anteriores. Pero la situación política cambió sus planes. Tras los primeros reportes fílmicos que fueron subidos a Youtube, se decidió a realizar un documental que terminó de editar en el exilio que vive en la Argentina: "Quién dijo miedo. Honduras de un golpe".
- ¿Qué pasó esa mañana del 28 de junio cuando el golpe ya era un hecho?
- Nosotros no volvimos más a la productora, donde estábamos viviendo, y la propuesta fue "salgamos todos los días a la calle". Nos distribuíamos para estar en todas las movilizaciones y así estuvimos un mes intercambiando material entre el gremio de cine hondureño, que es muy chico. Se comenzó a formar una red muy incipiente de 25 personas con claves para las comunicaciones telefónicas y programaas para ocultar las direcciones IP de las computadoras que usábamos para transmitir, cambiando el lugar de trabajo. Los objetivos eran filmar todo lo que se pudiera, y pasar los retenes militares que había a la salida de Tegucigalpa con cámaras, que era lo más complicado. Tardamos un mes en ir con una cámara a la región de Occidente, de donde sabíamos por radio que había mucha actividad de la resistencia: había marchas, se tomaban las carreteras, había mucha represión y gente desaparecida. Era muy difícil salir, incluso para las organizaciones de Derechos Humanos.
- ¿Cómo fue ese primer mes?
- Lo vivimos como en la frontera entre estar clandestinos y cubrir las marchas con credenciales falsas de prensa. Cada semana perdíamos cámaras cuando filmábamos la represión. Estábamos todos marcados y vivíamos amenazados.
- ¿Cómo está planteada la resistencia?
- Desde el golpe hasta septiembre, toda la organización estaba muy concentrada en la capital, pero se había armado una red por celular y correo electrónico que coordinaba las actividades. La primera asamblea del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado se hizo recién en septiembre. Fue abierta pero mucha gente que quiso venir fue reprimida y detenida, lo que fue filmado y denunciado. A partir de ahí se hizo un trabajo más orgánico a nivel nacional y se decidió permanecer visibles, con presencia permanente en las calles, todo el día y en todo el país. Eso se logró hasta que llegó Zelaya y se asiló en la embajada de Brasil (NdR: 21 de septiembre). En la cuarta asamblea se cambió toda la estrategia de la resistencia y se tomó la decisión de boicotear las elecciones y de seguir exigiendo la restitución de Zelaya, pero se redujo el trabajo en las cales porque la represión era muy fuerte. En ese momento, se debatió la posibilidad de pasar a otras acciones, desde las más ingénuas, como ponerle una planta "pica pica" a todo un batallón, hasta tomar las armas. Fue una decisión de mucho debate, seguir resistiendo en forma pacífica y ponernos a merced de la represión. Se decidió cambiar la estrategia y no hacer grandes marchas convocadas en un punto, sino hacer pequeñas en los barrios.
- ¿Cómo está Honduras hoy?
- Si se midiera la violencia en términos de asesinatos, está igual que durante la dictadura de Micheletti, con la diferencia de que antes las muertes eran en las marchas y ahora son en las casas de los compañeros y en forma de desapariciones.
- ¿Cómo ve el futuro de Honduras?
- Es irreversible el proceso que se abrió. Eso es muy positivo, nunca había vivido este cambio y el nivel de participación y de compromiso que se vive en el país. Hay mucha incertidumbre porque es muy desigual, nosotros no tenemos experiencia organizativa, ni los medios a nuestro favor y la crisis económica afecta muchísimo.
ESTRENO MUNDIAL EN BUENOS AIRES
"Quién dijo miedo. Honduras de un golpe" comienza con los personajes de los avisos que Katia Lara filmó para el gobierno de Honduras. Son mostrados al espectador como actores de una ficción, pero en un giro inteligente se transforman en ciudadanos comunes que se pliegan a la resistencia. De hecho, René, el principal protagonista, se convierte en un personaje conocido de la rebelión, sufrió un atentado y hoy está exiliado en Madrid.
Las cámaras de Lara recorrieron todo el país filmando las marchas de la resistencia y la feroz represión que las acompañaba, con imágenes que no fueron difundidas en ninguna cadena de noticias. Represión en un hospital, en las universidades, detención de menores de edad, muertos y heridos. Es interesante el equilibrio entre esas imágenes tan fuertes, el retrato de la resistencia y la revisión de historiadores sobre el pasado reciente de Honduras y quiénes son los personajes del golpe.
Se estrena mundialmente el 7 de junio a las 19:30 en el cine Gaumont de Buenos Aires.
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