Entrevista a Fernando Huanacuni, Director General de Ceremonial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia
Por Mariano Vázquez.
Portador de la cosmovisión de los pueblos indígenas-originarios andinos, este historiador aymara da cuenta de una posición política sin fisuras acerca del camino que debe seguir el proceso de cambio que se inició con la llegada Evo Morales Ayma al gobierno.
A media cuadra de la Plaza Murillo, en la La Paz, está la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, que dirige David Choquehuanca, representante ineludible de la posición indígena-originaria del proceso de cambio en Bolivia. En el segundo piso tiene su despacho Fernando Huanacuni, en una de las esquinas hay una mesa con múltiples representaciones de las culturas originarias. Un santuario. Un espacio para la meditación. Para no olvidar.
Huanacuni es Iripiri (guía) de la comunidad Sariri. Siempre con una sonrisa afable y un tono de voz acompasado, es difícil quedar indiferente cuando habla de la cosmovisión comunitaria de la vida, la relación con la naturaleza y la necesidad de volver al sumaqamaña (vivir bien). Incluso, sus pensamientos más polémicos (“para otros el horizonte es el socialismo, para nosotros no, para nosotros es lo comunitario”) no suenan chocantes. Hay una espiritualidad latente en sus modos.
Uno de los hechos más trascendentes de la posesión de mando del presidente Morales fue el “entierro” de los símbolos del Estado liberal-colonial para dar paso a los nuevos emblemas del Estado Plurinacional ¿Qué etapa se inició en Bolivia el 22 de enero de 2010?
Empieza otro tipo de condiciones, antes tratamos de explicarle el proceso a las personas que, entrecomillas, estaban enfrente: las oligarquías, los terratenientes, los empresarios privados, pero vemos que ellos no buscaban explicaciones, vemos que a ellos no les interesa, no les conviene; nos hemos esforzado en explicarles, en generar puntos de encuentro pero vemos que no es horizonte comprender tampoco, simplemente es desbaratar, hacer retroceder al proceso de cambio. Es una nueva etapa: ellos han sido políticamente derrotados, lo que no implica que estén vencidos.
Que el apoyo popular sea cada vez mayor, ¿facilita la profundización del proceso de cambio?
No va a ser más sencillo, de ninguna forma. El 64.22% (de los votos logrados en la última elección) es una confluencia de todo un proceso de cambio, eso no significa que pensamos igual. Tenemos muchas divergencias, bastantes y, por lo tanto, ahí tenemos que reorientar, por eso es el momento más difícil, el de la confluencia de todas las fuerzas, de todos los movimientos sociales, de todos los indígenas. Ahora vamos a diferenciarnos en el carácter de lo que son las propuestas. Muchos quieren el desarrollo, pero somos muchos los que no queremos el desarrollo, queremos vivir bien, en la lógica comunitaria. Allí es donde vamos a entrar en el mayor debate. El debate va a ser interno, para poder dilucidar cuál es la mejor política para llevar adelante que sea coherente con el vivir bien, que sea coherente con la Pachamama.
¿Podría explicar cuál es el concepto del sumaqamaña, el vivir bien?
Aquí viene el debate más profundo entre nosotros mismos porque hay que explicar aquí, en la casa, el vivir bien, que muchos lo interpretan como vivir mejor. Muchos han luchado por el vivir mejor pero deberíamos luchar por vivir bien. El debate se va a abrir para ver el horizonte porque sin horizonte no nos podemos clarificar. Para los pueblos indígenas-originarios el dilema está muy claro: vivir bien. La cultura de la vida. Respeto a la Pachamama. Nosotros no queremos alternativas al desarrollo. No queremos el desarrollo en realidad. Lo que queremos es una economía comunitaria, diferente de lo que es el usufructo del capital por el capital. Para nosotros está claro pero para muchos no, incluso dentro del mismo gobierno. Para otros el horizonte es el socialismo, para nosotros no, para nosotros es lo comunitario.
Habla de volver a la cultura de la vida de los pueblos indígenas-originarios.
La reconstrucción de nuestro camino es volver a esa cultura de la vida, que la cuide, pero para muchos que están planteando el socialismo siguen viendo a la Madre Tierra como objeto. Por lo tanto, simplemente es cuestión de una redistribución de riquezas. Pero no es solamente eso, es cuestión de vida. Esa es la diferencia. Para nosotros el socialismo, el comunismo, el capitalismo plantean lo mismo, son antropocéntricos, ven a la Madre Tierra como objeto y como recurso. Para el capitalismo su horizonte es el capital, el dinero; el socialismo y el comunismo solo buscan el bienestar del ser humano y esa es su gran limitante. Por lo tanto ahora hay que delimitar qué horizontes vamos a tomar, cuál camino vamos a elegir. Los pueblos indígenas originarios vamos a seguir rumbo al sumaqamaña, vivir bien. Ahora hay que explicar a los hermanos de izquierda, a los hermanos sindicalistas, que el camino del desarrollo no es el que estamos buscando, destrozar nuestra vida, nuestra casa, nuestra cultura. Entonces hay que sentarnos, explicarnos, comprendernos, trazar y retrazar nuestro horizonte. Es el momento más difícil. Y es un debate no solo a nivel interno sino a nivel mundial.
¿Que significa la unción de Evo Morales como guía espiritual de las naciones originarias?
En nuestra cosmovisión la autoridad no solo reviste un carácter de poder o capacidad político-social, sino que también tiene el carácter de capacidad espiritual. Así como el Pachakuti (la transformación de la naturaleza de la historia) está reordenando nuestras vidas, también en nuestra cosmovisión la autoridad emerge desde la dimensión espiritual. Es fundamental, porque para nosotros lo espiritual no está espacializado ni temporalizado, es decir, no está en la Iglesia, no está en la oración, es en todo momento, este diálogo es espiritual, el trabajo que hacemos es espiritual, lo que comemos, lo que cocinamos, lo que cosechamos, la vida es espiritual. El Inca, el Malku, no es simplemente una autoridad en función de estatus, es un servidor, es un guía espiritual. Nos estamos reconstituyendo en la verdadera dimensión de autoridad, hemos dejado atrás la autoridad como concepto de estatus. Antes era rey, virrey, doctor, escribano, conde, vizconde, los títulos nobiliarios en función a jerarquías, que ahora no cambiaron mucho, la Colonia ha sabido mutar, las jerarquías nobiliarias han mutado a jerarquías académicas: licenciado, phd, master, doctorado. Nosotros queremos salir de ese concepto de autoridad. En el caso de los pueblos indígenas la autoridad es un servidor, es el que sirve al pueblo, es una responsabilidad, es un rol. Ser guía espiritual se reconstituye en su verdadera dimensión de autoridad. El hermano Presidente lo dijo: “El que no vive para servir no sirve para vivir”. En esa dimensión tenemos una profecía que dice “cuando se una el movimiento social y político con el movimiento espiritual cambiará, se transformará la Madre Tierra”. Estamos a punto de eso.
Pero esa tarea se hace difícil cuando la educación esta teñida por formas occidentales.
Correcto. La propuesta de los pueblos indígenas-originarios es ¿cómo complementamos? ¿cómo sistematizar una educación descolonizadora? Porque la educación no es solo la lecto-escritura o promover la informática, no, no, es emerger en la enseñanza con paradigma comunitario. Toda la metodología en la educación es individual. En la ciencia occidental se dice que “el orden de los factores no altera el producto”, para nosotros, si altera. Para muchos sí importa el orden. No nos importa solo qué obtenemos sino cómo obtenemos. Es importante para la descolonización, ¿cómo complementamos en relación a nuestra experiencias, a nuestras culturas? Como incorporamos ahora el paradigma, el principio, el enfoque comunitario. Cómo hacemos, hermano, para que el proceso de cambio no solamente sea el manejo de la redistribución sino que volvamos a nuestra lógica antigua, para algunos, pero que es lo comunitario.
El Gabinete de Ministros es considerado histórico porque tiene diez hombres y diez mujeres.
Lo vemos bien, pero también lo vemos desde lo indígena y solo hay tres mujeres, las de pollera, las indígenas. Este proceso de descolonización es también un proceso de naturalización, para eso se necesita volver a nuestra naturaleza y a nuestro género, según nuestras capacidades naturales. Algunas han nacido para bailar, otros para cantar, otros para pensar de manera concreta, otro de manera abstracta. Cada quien viene con un regalo que le da la naturaleza: si tiene buena voz, la naturaleza le ha dado, tiene habilidad en las manos porque justamente la naturaleza le ha dado. Lo que tiene que hacer con eso que le fue dado es simplemente ampliar esa capacidad, buscar la complementariedad con el otro. Y si todos pudiéramos hacer eso, brillaríamos todos.
Estamos en la tercera etapa del Pachakuti...
Seguimos en el Pachakuti, seguimos reordenándonos. En el 92 ha empezado. El primer y segundo Pachakutic dura hasta el 2010. Son 18 años. Hasta el 2001 fue la primera. Empieza otra ahora hasta el 2019 y después otra hasta el 2028, se empiezan a expresar los nuevos ciclos de la Madre Tierra. Todavía no ha ocurrido nada grave. Lo más grande va a ocurrir, para nosotros la Madre Tierra va a cantar: eso es un gran terremoto continental. Algo mucho más grande que todavía nuestras mentes no imaginan, para reordenar, no solamente la cuestión social y humana, sino los tiempos de la naturaleza porque nos hemos expresado en un lenguaje antinatural y cuando eso pasa se destroza todo.
¿El terremoto en Haití fue un aviso?
Un pequeño aviso, para nosotros la Madre Tierra va a cantar. Y es importante que cante para que la gente se de cuenta de que este no solamente es un ímpetu humano, es un ímpetu económico-global-cósmico-telúrico-educativo.
Bolivia es el tercer país con mayor cantidad de pueblo no contactados o en aislamiento voluntario del mundo ¿ellos son los que conservan en estado puro la cosmovisión comunitaria?
Ellos están definiendo la realidad. Occidente no conoce nada. No conoce las montañas, no conoce la Amazonía, no conoce muchas cosas. Preferimos que no lo conozca para que no contamine. Cuando decimos nuestras abuelas y abuelos hablamos de esos pueblos. Nosotros ya no podemos volver a la comunidad, ya estamos contaminados del tipo de vida occidental. Hay pueblos intactos, en lo más alto de la montaña, en la selva, pueblos intactos. Pueden venir de allí para acá, pero no ir de aquí para allí. No podemos volver porque tenemos que volver juntos. Son los ejes de esperanza para volver a la cultura de la vida, al vivir bien y eso es grande para la humanidad que está sin horizonte. Hay que sentir, eso es suficiente. Como decimos en aymara: “sin perder la razón caminemos la senda del corazón”. Occidente nos ha sumido en una racionalidad extrema. Hay otras formas de percibir la vida. El mensaje que a través del hermano Presidente estamos llevando adelante los pueblos de Abia Yala (nombre originario del continente americano) es esperanzador de que no va a morir así nada más la vida.
¿Cómo vive su tarea diaria en la función pública?
Contento de poder ayudar al giro de la historia. Estamos acá para ser el puente entre la realidad y la realidad aparente de la modernidad. Muy poco se ha dicho de esto a pesar que se ha dicho mucho para el mundo moderno. El mundo moderno solo conoce una dimensión, no conoce otras formas o dimensiones de vida y de percibirla. Por eso se ha caído en una rutina. Por ejemplo aquí en la función pública nos llamamos hermano, hermana, a principio les costaba comprender: “tu eres el director y ya, te obedecemos” pero para nosotros no es así, todos vamos a construir. Todos somos partes. Detrás de todo esto están nuestros abuelos y abuelas. Nosotros solamente amplificamos sus voces. Confiamos plenamente en ellos porque ellos ya transitaron lo que nosotros apenas estamos transitando. Ellos están definiendo la realidad, no solamente de Bolivia. Esto es para el mundo.
Que importante hermano Fernando escuchar tus palabras. Es esperanzador oirte. Jallalla jilata
ResponderEliminarHoy, 8 de noviembre de 2013, acabo de leer esta entrevista, que me hizo llegar una hija que hace ya 10 años reside en La Paz. Es absolutamente admirable lo que expresa Huanacuni. Me alegrò leer sus definiciones, porque refirma mi conviccion de que las sociedades, tarde o temprano, revalorizaràn lo que expresa, lo entenderàn despuès y lo incorporaràn, finalmente, como herramienta de supervivencia saludable. No conocìa a este señor y me gustarìa saber mas de èl. Felicitaciones
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