Febrero de 1975
Son alrededor de las once de la mañana. Es la iglesia de Retuerto, un barrio del pueblo de Baracaldo, que era y es -aún más hoy- una extensión de la ciudad de Bilbao. El que me sujeta es mi tío Quinti, y la de la vela mi tía Mari Carmen. Obvio, es mi bautizo, y ellos, mis padrinos. A la izquierda, mi madre. En el centro, asomando la cabeza, mi tía Feli. A la derecha, mi padre, controlando la jugada, no le vayan a joder al niño, que parece ser había nacido hecho una piltrafa un par de semanas antes. Creo que la nariz que aparece por la derecha es la de mi tío Gonzalo, el marido de Feli. De espaldas el cura y el monaguillo. Han pasado más de veinticinco años desde la foto anterior, la de mi madre y su hermana en el año 49. Esas dos niñas asustadas y llorosas se han convertido en dos mujerazas, y están compartiendo el bautizo de su segundo hijo y sobrino, respetivamente, con sus dos hermanos más jóvenes. Como casi todos vi...