Cabeza y hombros, de Scott Fitzgerald


Es un cuento de 1920. Fitzgerald tiene veinticuatro años. Un genio precoz de Princeton se enamora de una cantante de comedias musicales. El resultado final de su amor y posterior matrimonio es que ella termina como novelista y él como acróbata. Es un cuento hiriente sobre el desastre de amar, sobre la pérdida de la independencia y la espontaneidad que provoca la monogamia y la rutina de la pareja. Está presente la "gracia" de todos sus cuentos. Fitzgerald es un dialoguista increíble. Además, le encanta introducir en esos cuentos el concepto de "desastre". Siempre hay una catástrofe, algo doloroso, que amarga el trago. La relación entre Oscar Wilde y Fitgerald es evidente. En ambos se cultivan los diálogos -después esto sería el "toque Lubitsch", que se supone viene de autores austríacos que no conozco- y los epigramas, las frases redondas e inmensas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mateo, de Armando Discépolo

Una estación de amor, de Horacio Quiroga

El joyero, de Ricardo Piglia