En la época de la dinastia Han, en el siglo I occidental, se produjo una masiva emigración desde el norte al sur de China, que ha continuado hasta hoy. Esa emigración era consecuencia también de la unidad y pacificación de los Han. Esos valores siguen siendo prioritarios a día de hoy en términos políticos. Orden. Unidad. Paz. En cierto modo, los valores políticos de los chinos actuales se parecen a los que Constant identifica con los de los antiguos, las antiguas libertades, que eran comunes, no individuales. El orden se impone a la libertad individual. Y la libertad que se concibe es la de la comunidad, es decir, la soberanía, aunque el funcionamiento de partido único no parezca dar demasiadas oportunidades de participación. Son los valores del totalitarismo, básicamente.
Mateo, de Armando Discépolo
El grotesco argentino es un género continuador del sainete criollo, al que completa y supera. Lo que eran historias eminentemente cómicas se vuelven más dramáticas e interiores; los personajes se hacen más complejos, incorporando el naturalismo europeo, y la configuración del lenguaje y del espectáculo se hace más ambiciosa. En ese ámbito se desarrolla el trabajo de Armando Discépolo. Mateo es una obra que reúne muchos de los elementos del genéro, y es uno de sus clásicos. Toca los temas preferidos del autor: un sistema económico condenatorio, la unidad familiar amenazada, la oposición entre juventud y senectud, modernidad y tradición, moralidad y éxito exterior, autenticidad y acomodamiento social, debilidad y poder... Su lectura nos conecta con referencias posteriores de sobra conocidas, como El ladrón de bicicletas o La muerte de un viajante . La inspiración está en las novelas de Zola, en el melodrama italiano, en el sainete criollo mencionado, en Pirandel...
Comentarios
Publicar un comentario