Sólo hay una patria, la infancia
Y un sólo bloque estratégico, las generaciones futuras
Sólo un arma salvadora, la inteligencia
Y una sola alternativa, la extinción

Algunos recordamos, como aristócratas en Biarritz
Nuestro origen, e inventamos historias

Hay días en que nuestro delirio
Jaleado por el champán y la cocaína
Nos permite creer que seguimos allí
Acariciando armiños y conchas

Pero el lujo de nuestra patria natal se perdió
Entre traiciones, derrotas y deseos
Y un día cualquiera descubrimos
Que estábamos caminando sobre la tierra


Por eso nos miran así las olas
Como Falstaff
sin entender
porqué no las reconocemos

Y por eso miran nostálgicas
a los pájaros
Ellas antes volaban



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El lacayo desarrolla una connatural perturbación de su artefacto moral
Confunde el mundo
El ancho y maravilloso mundo
Con la bota que lame para permanecer
A toda costa
Dentro de su cómoda librea

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Es un hombre calvo y honrado
Que contrató yenes justo el día
Que debió contratar yuanes
Pecó
Y temió
Y Dios vino a buscarlo
Para comunicarle en dulce trueno
Que su corrupción lo volvía apto para el Reino de los Cielos

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No olvidar
A riesgo
Del brillo atroz de las pupilas
Que las láminas escolares mienten
Que no sólo come algas el pez ni el león gacelas
Y que esa bárbara orgía de colmillos y garras
Oculta la abulia de una tarde de verano
Cuando nadie se come a nadie
Y el suave calor apaga
Todo lo que no es piel

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