La puerta oculta, de Orson Scott Card
Triple género: picaresca juvenil, magia y ciencia ficción. Ritmo vertiginoso. Densidad salvaje. Divertido hasta el absurdo. No puedo dejar de leerlo. El concepto de puerta. Stargate. La Mosca. Escatología. Dickens. Está escrito en 2010. Estados Unidos puede albergar una historia de chicos de la calle, igual que la Inglaterra de 1850. Aislamiento. Religión. Razón. Autoridad. Poder. Libertad. Astucia. Todos los ingredientes de la novela de aventuras y callejera. Irreverencia hacia la familia. Brillantez total. Grandes líneas de diálogo: "por eso formamos un equipo tan bueno, somo completamente estúpidos en cosas distintas". Casas ocupadas, robos en supermercados, los guardias de seguridad como el peligro más evidente, abandono y miedo a la familia de origen... Elementos clasicos revisitados a toda velocidad. Es una clase práctica de literatura. Puro placer. Scott Card cita a Dickens, directamente. Hay mucha autoconsciencia, y un dominio absoluto de las referencias. Una pregunta sobre la que vuelve Scott Card una y otra vez es: "¿qué hacer ante el sufrimiento ajeno?". Es la segunda pregunta, en realidad. La primera, siempre, es: "¿cómo sobrevivir tal y como soy?". Al conjugar ambas crea la tensión de sus personajes, que siempre viven dilemas morales potentes en mitad de crisis vitales profundas. La parte americana esencial de Scott Card se refleja en su gusto por enfrentar intuición y razón, dándole, obviamente, la superioridad a la intuición.
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