Desde Europa

Estos días tengo la percepción de la calidad extraña de la atmósfera en los procesos de asentamiento de un proyecto totalitario. Los puntos de fricción ideológica desplazados a ángulos extraños. Sensación de estupor. Clara visión de estar ante un monstruo senil y autocaníbal. Noción de abceso simultáno y multinivel. Expulsados a la periferia del sentido, por desplazamiento del centro legitimador. Lo hilarante y lo siniestro.El individuo es disciplinado vaciándole el ego, como a un potro joven. Lo que queda es una campana sin badajo, una caja de resonancia, un trabajador aparentemente rentable. Desculturización, desimpregnación: tiempo nuevo, con una nueva realidad, con una nueva atmósfera, más ligera... Nostalgia del olvido... A las puertas del quirófano, la sala de espera, en la que cada dos generaciones se derrumba, sobrepasada por el éter, con las tripas abiertas por una operación delirante, de transformación de órganos, de reconducción de fluidos, de la que ha conseguido escapar en el último momento: el sueño piranesiano. El problema es definir qué significa "en el último momento". Por lo demás, bien, muy bien.

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