La ciudad


El puente. La mezquita. La tarde. La detención súbita del tiempo por el canto del muhacín. Cesa cualquier otra música. Permanece el tráfico. Suenan los altavoces. Los quejíos de y para el creyente. Y sientes que no es necesario moverse de allí, porque estás en "la" ciudad, en el lugar donde los hombres se encontraron hace tanto tiempo... Allí siguen.





El viento atraviesa el Bósforo, y agita las nubes. Desde la altura asiática, Europa despliega su humanidad infinita. Y descubres, esta vez sí, Europa. Está como nueva. Esperando que se pase el sarampión bárbaro.

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