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El sueño de Endymion. Anne Louys Girodet. 1790. La luz es una cosa. La luz viene de la Luna. La luz blanca del cielo. El pastor que descansa. El pastor rey. Obligó a sus hijos a correr para decidir cuál de ellos sería el futuro rey. Correr para reinar. La velocidad, la resistencia, la fuerza física, como garantía de capacidad para reinar. La Luna se enamoró de él, y pidió a Zeus que le concediera la vida eterna para no perderlo jamás. Esa es la melancolía de los dioses: si aman a un humano, éste morirá, y ellos quedarán vivos por siempre. Zeus le dio la solución: el hombre sería eterno, pero estaría eternamente durmiendo. El durmiente es eterno. No se desgasta. No muere. Permanece en su latencia, pleno de posibilidades, a la espera. Y fue enterrado en Olimpia. Los corredores pasaban por su tumba cuando se dirigían al inicio de las pruebas. Corredores pasando frente a durmientes. El poder del sueño. El sueño como bendición, como dios tutelar. Endimión fue el primer astrónomo. Su enamoramiento de Selene le llevó a observarla cada noche. Relación astronomía - sueño. Relación ciencia - sueño. Relación ciencia - eternidad.


Anne Louis Girodet, 1790

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