Una taberna japonesa frente al Saone

Era como estar en Tokio un día de lluvia. La camarera era colombiana. Muy maja. Le gusta Madrid. Viene todos los años. La gente ríe. Es tarde. La comida es rica. Extraña. Auténtica. Bebo una cerveza japonesa. Sabe exactamente igual que una francesa. O una española. Pero viene de lejos. La gente cena dentro de pequeñas cabañas de hormigón. Es un lugar alegre y cálido. Es tarde.

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