Estuvieron aquí. Están en nuestro interior. Sucesos secretos, fragmentos silenciados de nuestro ser, de nuestro pasado, de nuestro genoma y de nuestra cultura. Aprender es aprenderse, conocerse, preguntarse y redescubrirse. Negros en la Europa del XVI. Un temazo.
Un hombre flamenco con mucho dinero. La demostración de riqueza es evidente. Cerca de 1540. Solo esta imagen da que pensar, porque no hay un ápice de marginalidad ni extravagancia. Este señor era un líder de su época, un gran burgués.
Alejandro de Medici. Mulato. Hijo de una sirvienta africana. La presencia de negros en las cortes europeas era habitual. ¿Qué fue de ellos? Se diluyeron en las familias a través de la bastardía, camuflados. En la iconografía hay un personaje que, evidentemente, copa la presencia de los negros en Europa: el rey Baltasar. Otra figura sorprendente: San Benito de Palermo. Un santo negro de la ciudad italiana. En pleno siglo XVI. Sus padres trabajaban en plantaciones en Mesina.
En España los esclavos negros procedían de Portugal. Los esclavos eran caros y escasos. La mayor demanda estaba en América, donde los rendimientos eran muy superiores, y las cantidades de oro en el mercado eran mucho mayores. Esto resulta sorprendente. Los plantadores de América compraban cientos de esclavos cada año, porque entendían que era parte de la inversión inherente a la producción. En España, sin embargo, los esclavos eran un lujo, y servían en las casas. Su función, aparte de trabajar, era "decorativa", como forma de mostrar estatus. Esto, en principio, los habría relacionado más con los esclavos de la antigua Roma, donde la manumisión era más o menos factible, y donde muchos esclavos, aún antes de conseguir su liberación, eran célebres como artistas o instructores. Por supuesto, los hijos de estos esclavos traídos directamente de los secuestros en África llevados a cabo por los portugueses nacían esclavos y pertenecían a las familias que habían comprado a sus padres.
Habían un tipo de esclavo negro en la España del Barroco que tenían una consideración algo diferente. Eran aquellos que venían con amos colonos. Eran nacidos en las estancias y plantaciones americanas y hablaban español. Su integración era plena, en el sentido cultural. Sin embargo, su presencia es anecdótica. Fueron muy pocos. Casi todos los esclavos en la España de la época procedían del mercado "de primera mano", es decir, de la venta en Lisboa de los cargamentos traídos por los traficantes portugueses. Otra fuente eran las guerras. Con frecuencia, los soldados no recibían salario alguno, y lo que hacían era regresar a casa con parte del botín que sus generales les habían permitido obtener en los "sacos". Muchos esclavos aparecían en España por este medio, como botín de militares. El peligro, obviamente, es que tu botín se escapara o muriera por el camino, lo cual debía establecer una curiosa relación entre "amo" y "esclavo" durante ese viaje de regreso. La condición de esclavitud de ambos es evidente, y me pregunto qué grado de conciencia tomarían de su situación en relación al global. Sería un curioso bululú este viaje de regreso de una guerra incomprensible de dos hombres dependientes entre sí, en cuyo final está la venta de uno por parte del otro.
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