Mehmed II

Sultán Mehmed, Señor de las Dos Tierras y de los Dos Mares, Conquistador de Constantinopla. Hijo de la esclava griega Hüma Hatun y de Murad, emperador otomano.

Fue nombrado gobernador en Anatolia a los cinco años de edad. Era caprichoso e indisciplinado. Finalmente fue educado por Ahmed Gurani, un famoso clérigo kurdo. Murad, el padre de Mehmed, autorizó el uso de la violencia física por parte de Gurani si el joven heredero no obedecía. Mehmed se convirtió en un estudiante modelo y acabó estudiando filosofía, ciencia, historia, y literatura islámica, griega y latina.

Cuando tenía doce años su padre marchó a la guerra y lo dejó en Edirne, la capital del Imperio, como regente. Ese mismo mes de junio de 1444 se rebelaron los jenízaros, el ejército mercenario que actuaba como guardia pretoriana de los emperadores. Querían más salario. Quemaron el mercado de la ciudad. Mehmed cedió y les aumentó la paga, estableciendo con ellos una alianza que tendría consecuencias durante siglos, porque los jenízaros serían un poder fáctico del Imperio Otormano casi hasta su final. Ese mismo año de 1444, tras derrotar a los cruzados cristianos, Murad cedió el Imperio a su hijo y al Gran Visir Halil Pashá, que se supone tenía que controlar al poco prudente adolescente.

Lo primero que ordenó el nuevo Emperador fue atacar Constantinopla. Halil Pashá informó a Murad, y le trasladó su juicio de la incapacidad de Mehmed para gobernar. Murad regresó a Edirne en 1446, apenas dos años después de abdicar. Mehmed se retiró de la vida pública hasta que, dos años después, en 1448, participó en la Segunda Batalla de Kosovo, en la que el ejército otomano derrotó a un nuevo ejército de cruzados cristianos al mando del húngaro Juan Hunyadi.

Finalmente, en 1451, murió Murad, y Mehmed subió al trono. En un primer momento mantuvo  como Gran Visir a Halil  Pasha, pero sospechaba de su fidelidad, dado que tenía informes de que su primer ministro recibía sobornos de los bizantinos para desaconsejar la conquista de Cosntantinopla. Para evitar una posible guerra civil Mehmed asesinó a su hermano menor Küçük Ahmed. El fratricidio en la sucesión otomana no era extraño tras la coronación de nuevos emperadores. Se entendía que eran una forma de evitar guerras de sucesión.

En 1452 Mehmed puso en marcha su antiguo plan de sitiar y tomar Constantinopla. Construyó una fortaleza en el verano de 1452 a las orillas del Bósforo, llamada Rumeli Hisarı. Con esta nueva fortaleza aislaría e impediría por completo la entrada de suministros a la ciudad de Constantinopla.

El asedio comenzó el 6 de abril de 1453, con fuego de artillería y ataques de infantería, apoyada por la caballería jenízara. Mehmed dirigiría el asedio desde su tienda cerca de las puertas de San Romano. Los ataques dirigidos por el sultán duraron seis semanas, hasta que las tropas turcas entraron a primera hora de la mañana del martes 29 de mayo de 1453, conquistando la ciudad y acabando con Bizancio. La casa de Osmán tomaría el lugar de la dinastía Paleólogo.

Por la tarde del 29 de mayo de 1453 Mehmed hizo su entrada triunfal por la puerta de Andrinópolis, siendo aclamado por sus tropas como el Fatih, “el Conquistador”. Se dirigió a la iglesia de la Santa Sabiduría, desmontó y se arrodilló, tomando un poco de tierra que se la puso por encima del turbante como gesto de humildad ante Dios. Tras inspeccionar la iglesia ordenó su inmediata conversión en mezquita y decidió permanecer en su tienda a las afueras de la ciudad hasta que la situación se estabilizara y se adecuara algún palacio para él y su corte. Se rebautizó la ciudad como Estambul, y se convirtió en ese mismo momento en capital del Imperio. Tras reconstruir las murallas y los edificios que habían sido destruidos durante el sitio y los incendios de la toma, se iniciaron las obras de los que terminarían siendo el Gran Bazar y el Palacio de Topkapi. Mehmed ordenó que se respetara y se negociara el regreso de la comunidad de cristianos genoveses, griegos, serbios y armenios, así como de los judíos. La conquista otomana de Constantinopla no supuso una ruptura de la vida cultural y científica que se había venido desarrollando en ella, y la islamización no fue excluyente ni eliminacionista, sino todo lo contrario. La comunidad cristiana continuó en la ciudad jugando un papel fundamental hasta los acuerdos entre Venizelos y Ataturk al final de la Primera Guerra Mundial. La comunidad judía continuó teniendo una enorme importancia en la ciudad hasta los vergonzosos acontecimientos de 1941 a 1943, cuando la ambigüedad turca en relación a la Alemania nazi provocó la salida en masa de los judíos istanbulenses camino de Palestina.

Volviendo a 1453, una vez dentro de la ciudad y terminados los combates, se profundizó en la investigación sobre las conexiones del visir Halil Pashá con los emperadores bizantinos. Como resultado de la demostración de su  culpabilidad como agente enemigo fue condenado y decapitado. El puesto de Gran Visir quedó vacante durante un año, hasta que Mehmed nombró a Zağanos Pasha, un noble bizantino que se había convertido al Islam y que serviría en la Corte otomana durante más de veinte años.

         Una vez asegurado el control de la ciudad y de los resortes administrativos de lo que había quedado del Imperio Bizantino, Mehmed dirigió su mirada hacia los Balcanes. A través de ellos los reyes húngaros, con la ayuda de los príncipes serbios, habían conseguido penetrar en los últimos decenios con ejércitos de cruzados reclutados con el beneplácito de los papas. Entre 1453 a 1480 Mehmed se centró en tapar esa peligrosa vía de entrada y anexionó la totalidad de los Balcanes al Imperio.

En un primer momento topó con el límite de Belgrado, en cuya conquista fracasó y sacrificó gran parte de la flota imperial que había servido para atravesar el Bosforo tres años antes. En 1456 el ejército otomano se retiró de Belgrado, derrotado por la alianza establecida entre húngaros y serbios. El optimismo cristiano se fundió en la peste que se desarrolló a continuación, lo cual salvó a Mehmed de haber sido perseguido por un nuevo ejército cruzado, que llegó a ser autorizado y bendecido por el Papa Calixto III.

         En 1456 dirigió una nueva campaña al oeste y en 1458 Mehmed entró en Atenas, ciudad que admiraba y que recorrió con fervor de estudioso. En los años siguientes continuó la presión turca hacia el oeste.

En 1459 el papa Pío II trató de organizar una nueva cruzada contra la creciente amenaza, pero ningún rey cristiano estuvo en condiciones de hacer suya la petición. Mehmed había cumplido su objetivo de estabilizar la frontera occidental del Imperio. Y, entonces, continuó con su expansión.

A la altura de 1470 Mehmed controlaba Serbia, Grecia y Bosnia, y únicamente se resistían Albania y Montenegro por el apoyo de los venecianos, que veían con pavor el avance turco hacia Italia. Una vez que la catástrofe se produjo y los turcos dominaron toda la región Venecia estableció importantes relaciones con Topcapi para continuar con el comercio con Oriente y no dejarse vencer por sus verdaderos competidores, las compañías genovesas. Es interesante saber, por ejemplo, que Paolo Veronese hace un retrato de Mehmed II décadas después de su muerte por encargo indirecto del Emperador Otomano. En todo el Renacimiento italiano hay una presencia importante de encargos turcos, que eran bien pagados tanto por los emperadores como por las propias embajadas italianas deseosas de agradar a la Corte en Estambul.


Veronese, Portrait of Mehmed II | Retratos, Batalla de lepanto y ...

         En 1477 el ejército otomano destronó y ejecutó a Vlad Tepes de Valaquia, el famoso empalador, sobre cuya siniestra figura se construyó la leyenda de Drácula. Hasta entonces Vlad había tenido una fluida relación con el Imperio Otomano, de quien había sido aliado, en el que había residido, y del que había recibido armas y dinero para fomentar las divisiones entre los territorios de la órbita húngara. Cuentan que Mehmed sentía cierta admiración por la desconcertante doblez política y la crueldad algo enferma del conde transilvano, especialmente su costumbre de clavar los turbantes a las cabezas de los miles de prisioneros turcos a los que empaló tras apresarlos en batalla. Tras su captura y muerte, los otomanos, a su vez, cortaron el cadáver de Vlad en pedazos y su cabeza fue enviada a Mehmed.

         En 1481 Mehmed fue envenenado, y el avance hacia Italia se detuvo en Otranto. El objetivo de la campaña militar interrumpida por la muerte del Emperador era Roma y la reunificación del antiguo Imperio bajo el Islam. No se llegó a averiguar quién había sido el responsable o el autor del envenamiento, si bien parece que la participación de los médicos del Palacio real tuvo que ser imprescindible para llevarlo a cabo.

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