Vonnegut y Lubitsch

Hay dos hombres. Pertenecen a un ejército. Cada cierto tiempo son sometidos a un proceso por el cual pierden completamente la memoria. Sólo pueden recordar cuando otro, alguien a quien amaron, les ayuda. Terminan recuperando la memoria, ayudándose mutuamente a recordar. Cuando son descubiertos son ignorados por un tiempo, hasta que los superiores deciden separarles y someterlos a una "cura" definitiva. Esto lo escribió Vonnegut en Las sirenas de Titán. Es una novela de 1959. Es una novela pretenciosa e increíble. Una maravillosa novela de ciencia ficción, en la que el enloquecido ricachón Winston Niles Rumfoord consigue situarse en un lugar de indeterminación espacio temporal. Desde allí domina el universo, actuando con una indiferencia cruel y bastante idiota. El poder como tentación de los débiles, y la memoria como el primer acto de amor y humanidad. Kurt Vonnegut era un autor interesante. Delirante y preciso a veces; delirante y caótico a veces. En la tradición de los grandes de CF norteamericana, con K. Dick a la cabeza.
              En un momento menciona la historia del primer hombre blanco colgado por matar a un indio. Sucedió en Indianápolis. No especifica el nombre de ninguno de los personajes ni la fecha del suceso. Buscando en la web encuentro que se refiere a la masacre de Fall Creek. Fueron varios hombres los que participaron, pero el primero en ser juzgado y sentenciado fue James Hudson, el 15 de enero de 1825. La cita de Vonnegut es así: "Indianapolis, Indiana is the first place in the United States of America where a white man was hanged for the murder of an Indian. The kind of people who'll hang a white man for murdering an Indian--that's the kind of people for me." Es una historia extraña, y uno de los iconos históricos de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. Ejecutar a un blanco por haber matado a un indio lo consideran un adelanto. Es una historia extraña, desde luego. Parece sacada de la Historia universal de la infamia. Por cierto, que en ella habla Borges de Billy el Niño, que mató a ventiún hombres, "sin contar mexicanos". Y Billy the Kid es de ochenta años después.
              Habla Vonnegut también de la "voluntad de llegar a ser" como de una fuerza "real" que en un futuro cuasiucrológico propulsa naves y pseudodioses. Convierte la fuerza de Schopenhauer en una fuerza mecánica.

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Amor eterno, de Ernst Lubitsch. Melodrama cómico bélico. Ahí es nada. Los géneros se le quedaban cortos a Lubitsch. Es una peli increíble, atada a las moralinas subyacentes de la época y del propio director. Por debajo de todo ironista hay un moralista. De hecho, los peores moralistas suelen ser aquellos que no lo reconocen. Los más peligrosos son los que no son conscientes de ello. Tarde o temprano terminan hablando de "normalidad". Lubitscht tenía algo de esto. Al mismo tiempo, es un constructor de historias perfecto. Da gusto ver una peli en la que no sobra un plano. Empieza cachondeándose de las guerras napoleónicas, y de ahí hasta el matrimonio, el buen pueblo, los gobernantes, la familia, la amistad y el propio amor. Y encima termina trágicamente. Es deslumbrante la manera en que destroza todos los tópicos de los géneros. En 1929. JODER. Libertad interior. Increíble libertad interior de Lubitsch. Falta de respeto. Subyace la idea de que el ser humano, para poder convivir, tiene que aceptar cierto grado de enfermedad, de oscuridad, de contradicción insalvable. En el fondo hay ironía sobre la culpa. Viniendo del hijo de un sastre judío, tiene un valor añadido. Se rió de sí mismo, en primer lugar. De sus raíces. Fue antes de que pasara todo el horror. La época en la que todavía Einstein se negaba a militar como judío. No se sentían tales. Y se reían de su tradición de culpa y ortodoxia. Introduce esa escena clásica del linchamiento del buen pueblo a los amantes pecadores. La peli está rodada dos años antes del Frankenstein de James Whale, pero lo mismo da. Imagino que es una idea clásica. Mizoguchi la utiliza también en una peli maravillosa de dos amantes que huyen, que vi una tarde de abrasador agosto. No recuerdo el título. Daba mucho miedo.
          Lubitsch utiliza dos travellings, uno hacia dentro y otro hacia fuera, para contar "enamoramiento" y "separación". Tiene esos detalles de los pioneros, que buscaban lenguaje claro, sintaxis. Ahora queda ingenuo, pero entonces estaban preocupados, básicamente, de que su historia se entendiera y fuera interiorizada por el gran público. Creo que el cine contemporáneo será muy tedioso de ver dentro de unas décadas. No comprendo la elección de los planos de Nolan, por ejemplo. ¿Por qué ese encuadre y no otro? No sé. Recuerdo que Vicente Aranda en la escuela nos "echó una bronca" por eso. Decía que la bruja de Blair era una mierda, y que miráramos pelis de Kubrick y nos dejáramos de joder.

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