El gato de Schrödinger en el árbol de Mandelbrot, de Ernst P. Fischer
El mundo es un conjunto de frágiles casualidades. Al acercarse a la física moderna estremece lo lejos en el abismo de lo inconcebible que han llegado los científicos. Lo más fantástico de todo es que experimentalmente se van confirmando las teorías más delirantes desde el punto de vista de la vivencia de cualquiera de nosotros. Y esto también es fascinante. Entre los diferentes argumentadores sobre lo "real" que la Humanidad ha tenido, pocos han podido imaginarse una estructura del Universo tan extraña y ajena a nuestra percepción como la que se va imponiendo como existente o más probable. El sentido común salta en pedazos antes de dar los dos primeros pasos. La realidad es inconstante. Hay saltos. De hecho, la realidad es el resultado de esos saltos. Al final, la materia se identifica con información. Lo real se disuelve. Hay energía. Hay información. Hay materia. Nunca hay ausencia. Hay ruido. Tres grados Kelvin....